• Bebe suficiente agua:
Mientras más agua bebas, podrás expulsar más fácilmente los líquidos
sobrantes. Lo recomendado es beber de un litro y medio a dos litros
diarios. También puedes ingerir zumos e infusiones. Para ayudarte a
eliminar los fluidos acumulados durante la noche, bebe un vaso de agua
justo al levantarte.
• Haz ejercicio:
Realiza actividades que impliquen mover las piernas, como caminar,
nadar, andar en bicicleta, subir y bajar escaleras, etc. Esto facilita
trabajo a los riñones.
• Dieta:
Una dieta rica en proteínas evita la retención de líquidos, pues
tras la ingestión de alimentos que las contienen, el hígado produce
albúmina, una sustancia necesaria para que los fluidos no se acumulen en
los tejidos.
Tu dieta debes ser además rica en verduras, hortalizas, frutas,
legumbres e hidratos de carbono complejos (pasta, arroz), así como
alimentos ricos en potasio en general como el banano. Entre las
verduras y hortalizas más recomendadas están: las patatas, tomate,
calabaza, calabacín, setas, alcachofas, espárragos, y berenjenas.
• Descansa
El reposo es esencial para evitar la retención de líquidos. Descansa ocho horas por la noche y si tu ritmo de vida lo permite, una hora después de comer. Si la retención de líquidos
se acumula en las extremidades inferiores, recuéstate y eleva los pies,
al menos una hora por las tardes. No uses ropa, zapatos o calcetines
muy ajustados.
• Métete al agua:
Métete al mar, a la piscina o a tu bañera y una vez dentro, mueve las
piernas para que los músculos bombeen los líquidos hacia la vejiga. La
presión que ejerce el agua facilita la expulsión a través de la orina.
• Hierbas y vegetales diuréticos:
Existen muchas hierbas y vegetales con efecto diurético, entre ellos los
más eficaces son las infusiones de perejil, hojas de olivo, enebro,
caldos de puerros, cola de caballo, pepino y espárragos frescos.
Importante:
No utilices medicamentos diuréticos. Esto es especialmente importante
para las mujeres que están embarazadas y sobre todo durante las primeras
semanas de gestación.
Los diuréticos solo deben tomarse bajo prescripción médica, pues si se
consumen habitualmente, pueden provocar el efecto contrario o rebote, es
decir , hacer que el organismo retenga sales y agua. En todo caso
sustitúyelos por alimentos con efecto diurético.
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