Los medicamentos son importantes para el alivio de los síntomas de la
gripe o resfriado, pero no hay que olvidarse de las medidas higiénicas.
En caso de resfriado es muy aconsejable meterse en la cama, pero no es
aconsejable taparse demasiado. Por la noche es importante humidificar la
habitación si se tiene la calefacción puesta, ya que un aire seco
aspira la humedad del ambiente y reseca la nariz y garganta, cuyo papel
es proteger de los agentes externos. Por la mañana se debe ventilar la
casa para purificar el aire que se ha ido respirando durante la noche.
La persona que está resfriada debería cubrirse la nariz y la boca con un
pañuelo cuando tose o estornude y lavarse las manos después de
estornudar ya que el contagio vía aire - manos es muy fácil y rápido. Se
deben utilizar los pañuelos de papel, de usar y tirar.
Cuando una persona está resfriada debe beber mucha agua que es un buen
mucolítico; también consumir mucha fruta cítrica, como naranjas y kiwis,
que son muy ricas en vitamina C que tiene propiedades antivíricas y
inmunoestimulantes. La cebolla y el ajo son dos alimentos que tienen
propiedades mucolíticas, expectorantes, antivíricas y antibióticas. La
cebolla puede cortarse y ponerse en la mesita de noche para que los
aceites que desprende ayuden a fluidificar la mucosidad.
Tanto la gripe como el resfriado están provocados por virus; las mismas
medidas higiénicas sirven para ambos. En el caso de la gripe es muy
importante el reposo, ya que produce dolor articular y fiebre. No hay
que usar antibióticos en ninguno de los dos casos.
Los lavados nasales son convenientes ya que por un lado se limpian las
fosas nasales y por otro, se están humedeciendo la mucosa con lo que
funciona mejor. Los antigripales son un buen recurso para intentar
paliar los síntomas del resfriado y mejorar la calidad de vida mientras
dura el proceso.
Mejor si el antigripal es combinado, algunos contienen un analgésico y
antipirético como el paracetamol y un antihistamínico que ayuda a
combatir muchos de los síntomas del resfriado, como el dolor de cabeza,
fiebre, congestión nasal, estornudos, etc. Se puede dar en niños a
partir de los 6 años de edad; de los 6 a los 11 años la toma sería de un
comprimido cada 8 horas y en niños mayores de 12 años, la dosis sería
la misma que en adultos.
En niños es preferible la toma de comprimidos ya que tienen menor dosis
de analgésico; también son más recomendables en personas diabéticas, por
el excipiente, según recomiendan expertos.
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