Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC) y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han desarrollado
un tipo de biosensor que detecta la infección por VIH, el virus causante
del sida, en menos de una hora.
El nuevo método, basado en una enzima modificada genéticamente y en una
pequeña red de microelectrodos, resulta de especial utilidad en áreas
geográficas con recursos médicos insuficientes, dado que "supone una
alternativa eficaz y viable a los sistemas convencionales, que requieren
de infraestructuras más caras y complejas", indicó el CSIC.
Objeto ya de una solicitud de patente, esta técnica aúna los últimos
avances en genética y microelectrónica y significa un paso adelante en
el desarrollo de métodos de detección del VIH "rápidos, portátiles y de
bajo coste".
"Al trabajar con microelectrodos, el volumen de muestra necesario para
hacer el análisis puede reducirse a unos microlitros (la millonésima
parte de un litro), con lo que aumenta la seguridad del analista y se
facilita la eliminación posterior de los restos generados", explica el
investigador del CSIC Francisco Javier del Campo al referirse a las
ventajas adicionales del biosensor. "El sensor es especialmente
adaptable a ensayos de campo con muchas muestras, ya que pueden ser
realizados con un equipo portátil por personal no especializado",
subraya, por su parte, Antonio Pedro Villaverde, del Departamento de
Genética y Microbiología de la UAB.
Además, el uso de enzimas alostéricas, que son las que cambian su
actividad enzimática en presencia de determinadas sustancias con las que
interaccionan, como la utilizada por este biosensor, abre nuevas
oportunidades para la detección de otras infecciones víricas de interés
veterinario y clínico, como la fiebre aftosa, la peste porcina o la
hepatitis B y C, añadieron los investigadores.
El biosensor basa su funcionamiento en una enzima modificada
genéticamente, en combinación con una red de microelectrodos que
detectan electroquímicamente los productos de esta enzima. En presencia
de anticuerpos anti-VIH, la actividad enzimática se dispara, lo que
permite discriminar con facilidad las muestras infectadas de las que no
lo están en menos de una hora, un tiempo que los investigadores prevén
acortar en el futuro mejorando el diseño de los microelectrodos, aseguró
el CSIC.
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