jueves, 2 de agosto de 2012

El frío y sus efectos en la salud (I)

El frío afecta la salud de las personas de diversas maneras, especialmente cuando es intenso. Además de las enfermedades directamente ligadas al frío, como los cuadros de hipotermia o congelación. Las bajas temperaturas disminuyen las defensas y producen cambios en el organismo que favorecen la aparición de enfermedades como gripe, bronquitis y neumonías, empeorando los problemas respiratorios que sufren algunas personas, como el aumento de la tos, la sensación de ahogo y la producción de moco.
El frío también puede agravar algunas enfermedades crónicas, especialmente respiratorias, reumáticas y cardíacas. Quienes padecen problemas cardíacos notan mayor cansancio hasta síntomas de agotamiento, incluso ante esfuerzos pequeños.
Por otro lado, el frío aumenta el riesgo de incendio e intoxicación por monóxido de carbono a partir de estufas de gas y braseros y además, facilita los accidentes de tráfico o por caídas a causa del hielo formado.El frío y sus efectos en la salud (I)
El que la gente se enferme con mayor frecuencia en época de frío, se debe a que los vellos de la nariz encargados de detener los microbios, tienden a paralizarse, permitiendo así la fácil entrada a los órganos respiratorios altos. Además, cuando hace mucho frío, la mucosa de la nariz no cumple su función de calentar el aire que entra a los pulmones, ocasionando que los microbios penetren hasta la tráquea y los pulmones, provocando infecciones más severas.

Los grupos más vulnerables al frío extremo son:

• Los ancianos, ya que sus mecanismos defensivos ante el frío se encuentran debilitados.

• Los recién nacidos y lactantes, pues su sistema de respuesta neurovascular no está todavía tan desarrollado como el de un niño o un adulto para luchar contra el frío. También porque los más pequeños no tienen suficiente actividad física espontánea para entrar en calor y no pueden avisar claramente que tienen frío.

• Las personas de un nivel socioeconómico bajo, pues carecen de ropa de abrigo adecuada o viven en viviendas insalubres, mal aisladas, sin calefacción, etc.

• Inmigrantes en situación de precariedad: especialmente los trabajadores temporeros que no disponen de vivienda en condiciones adecuadas.

• Quienes padecen enfermedades crónicas como insuficiencia respiratoria y asma, afecciones cardiovasculares, diabetes, hipotiroidismo, adicción o enfermedades neuropsiquiátricas.

• Personas que toman ciertos medicamentos para el tratamiento de enfermedades crónicas (somníferos, psicótropos, vasodilatadores...). Algunos fármacos pueden ser responsables de que aparezcan o se agraven síntomas ligados al frío, al interferir con los mecanismos de adaptación del organismo.
• Personas con movilidad reducida, desnutridas, con agotamiento físico y casos de intoxicación etílica.

• Quienes practican deportes al aire libre en zonas frías (montañeros, alpinistas, cazadores, etc.) son un grupo de riesgo especial.

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