La sudoración es algo natural que ayuda al cuerpo a mantenerse fresco.
Sudamos más en temperaturas cálidas, al ejercitarnos o en respuesta a
diversas situaciones como temor, vergüenza, furia o nervios. No
obstante, cuando la sudoración es incontrolable y ocurre sin que se
presenten tales desencadenantes, se habla de un caso de Hiperhidrosis.
La Hiperhidrosis se manifiesta con la sudoración excesiva e
impredecible, principalmente en manos, pies y axilas, incluso cuando
la temperatura está fresca o cuando se está en reposo. Aunque este
padecimiento no pone en riesgo la salud, puede generar problemas
emocionales y psicológicos que impactan negativamente la calidad de
vida de quienes lo padecen.
Existen dos tipos de Hiperhidrosis, la Hiperhidrosis focal, en la que sólo algunas partes del cuerpo se ven afectadas por el padecimiento (usualmente cara, manos y pies), y la Hiperhidrosis generalizada, en la que todo el cuerpo se ve afectado por la condición.
La Hiperhidrosis también se clasifica en:
1) Hiperhidrosis primaria idiopática. Se da cuando no existe una
causa aparente de la sudoración excesiva que afecta manos, pies y
axilas. Esta condición se transmite de manera genética, y está
relacionada con problemas en el sistema nervioso simpático. La padece un
2 al 3% de la población, aunque menos del 40% busca asesoría médica.
2) Hiperhidrosis secundaria, ocurre como resultado de otra
afección médica. La transpiración puede darse en todo el cuerpo o estar
localizada en un área específica. Algunas afecciones que causan la
hiperhidrosis secundaria son: el Cáncer, el Síndrome carcinoide,
ciertos medicamentos y sustancias adictivas, cardiopatía, enfermedad
pulmonar, menopausia, hipertiroidismo, lesión de la médula espinal,
accidente cerebrovascular, tuberculosis u otras infecciones.
Tratamientos para la Hiperhidrosis
Actualmente existen diversos tratamientos que ayudan a controlar o
reducir la cantidad de sudor que se produce bajo esta condición. Dichos
tratamientos mejoran la calidad de vida de quienes padecen esta
anomalía, no obstante, el tratamiento dependerá de cuál sea la
condición que la esté causando.
El médico podría recomendar algunos cambios en el estilo de vida, a quienes padecen Hiperhidrosis primaria,
tales como: evitar el consumo de alcohol y alimentos picantes;
utilizar antitranspirantes con mayor frecuencia; evitar el uso de
prendas de nylon o muy ajustadas; usar siempre calcetines para absorber
el sudor de los pies; evitar el uso de calzado sintético y optar por
prendas blancas o negras, para disimular las manchas ocasionadas por el
sudor.
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